El fenómeno de la moda en G. Lipovetsky. M. Eugenia Lopez

Escuela Superior de Diseño - Diseño de Vestuario - Ética y Deontología profesional

Prof. Romina Magallanes – Alum. María Eugenia López, 3º año – 2008.

 

 

El fenómeno de la moda en Gilles Lipovetsky

Por María Eugenia López

 

Me propongo en este trabajo hacer un recorrido a través de algunos tópicos que Lipovetsky desarrolla en el libro El imperio de lo efímero y en los artículos "El placer del valor de uso" y "Una parodia lúdica".

Lo me interesa destacar es cómo Lipovetsky repiensa el fenómeno de la moda, cómo se diferencia de otros filósofos o pensadores que trabajaron sobre el tema y consideraron su fenómeno negativamente, sus argumentos para explicar esas consideraciones que se remontan a la filosofía platónica, y, finalmente, su propia concepción de la moda.

 

1.      Revisión sobre las consideraciones negativas acerca la moda.

Comencemos por cómo repiensa Lipovetsky el fenómeno de la moda. En primer lugar, oponiéndose a las consideraciones negativas sobre ésta, las cuales afirman que las sociedades actuales se hallan cada vez mas desinteresadas hacia la cultura, los individuos absortos en sí mismos, frívolos y cada vez más inmersos en el mundo de la moda, esto es, de lo superficial, de lo artificial. El hecho de estar absorbidos en el plano estético de la vida confiere a las personas una visión totalmente efímera sobre ellas mismas. La moda funciona como una máquina destructora de la razón, capaz de manipular y estandarizar las conciencias, reduciendo así la capacidad de pensamiento: "(…) el ocio fácil, la fugacidad de las imágenes, la seducción distraída de los mass media, sólo pueden someter la razón, enviscar y desestructurar el espíritu" (Lipovetsky, 1996, 16). El consumo es superficial, acaba con la razón, las industrias culturales están estereotipadas. Por otro lado, el autor se opone también a las afirmaciones que ubican el origen y esencia de la moda en la lucha de clases y competencia por el prestigio.

En este sentido, J. C. Flügel plantea que la causa de la moda reside en la competencia de orden social y sexual, en la que los elementos sociales son mas obvios y manifiestos y los elementos sexuales son mas indirectos, ocultos y no confesados, escondiéndose detrás de los sociales. Imitar a los que admiramos o envidiamos es un rasgo humano fundamental; envidiar a los que están por encima de nosotros tiende a imitarlos (Flügel, 2000, 51-55).

 Lipovetsky considera que la moda está regida, a diferencia de Flügel, por el valor individual, ya que se consume cada vez más para uno mismo y no para deslumbrar al otro y ganar consideración social (Lipovetsky, 2000, 67). Según Lipovetsky el sistema de la moda en expansión ha permitido la conquista de la autonomía individual. Ella es instrumento de individualización de las personas, no de continuidad de la distancia social. Bajo el gobierno de la moda, el hombre es más dueño de su existencia privada y libre ejecutor de su vida. Lipovetsky propone que la moda hoy en día esta dirigida por el poder hedonista, el placer en si mismo, cada vez más para uno mismo, por lo tanto, se consume cada vez menos para deslumbrar a otro, por el prestigio de pertenecer a una clase.

El consumo ha dejado de ser una actividad regulada por la búsqueda del reconocimiento social para desplegarse en vistas al bienestar, funcionalidad y el placer en si mismo.

Asimismo, ambos autores se oponen en sus diferentes perspectivas acerca de la relación entre moda y democracia.

Flügel, por su parte, considera que a partir de la consolidación de la democracia la moda se difundió hacia abajo, permitiendo así a las clases bajas acceder a las prendas de las clases altas. Flügel señala, también, que la democracia debió terminar con la moda, ya que supone una igualdad social que anularía la diferencia que da lugar a la moda como imitación. Sin embargo, otros factores hicieron que perdurara. En esto se distinguiría de Lipovetsky, porque para él la moda está esencialmente ligada a la democracia. En efecto, es bajo el reinado de la moda que las democracias se fortalecen. El argumento de Lipovetsky es controvertido: el efecto benéfico de la moda respecto de la democracia consiste en que la moda conforma una sociedad como "material flexible", es decir, fácilmente manipulable que tiene para el autor consecuencias positivas:

·                    Fortalece la democracia (la convivencia pacifica entre las diferencias);

·                    Libera de las fiebres extremistas;

·                    Se tiende más a lo real, no a lo abstracto que olvida lo concreto, al tender a la seducción;

·                    El fervor de lo nuevo fortalece las democracias por el pluralismo, la tolerancia, el cambio que propician, éstos evitan el conservadurismo y la manipulación del poder;

·                    Permite la controversia pública, el desarrollo de las existencias individuales.

 

2.      La moda y la caverna platónica.

La explicación que Lipovetsky desarrolla para comprender las consideraciones negativas sobre la moda se remonta a Platón. Para el autor, las críticas al mundo de la moda tienen su base en la filosofía platónica.

Lipovetsky afirma que tanto las críticas como la exclusión del fenómeno de la moda de la reflexión filosófica, encuentran su causa en el paradigma platónico que excluye al mundo de las apariencias, al plano sensible de la existencia del verdadero ser.

Platón plantea la dicotomía entre "el ser y la apariencia". Según Platón, entonces, resulta haber dos mundos: el mundo inteligible (Ser) y el mundo sensible (Apariencias). El primer plano es el mundo de las ideas, al cual pertenece la idea de algo, el Ideal, aquello a lo que el mundo de las apariencias aspira a llegar, un mundo que el hombre puede conocer mediante su inteligencia y la práctica de la filosofía. El segundo plano es aquel en el que se ubican las cosas, las imágenes, los entes, el mundo sensible en el que el hombre vive cotidianamente, con el cual se vincula a través de los sentidos, las pasiones y no del conocimiento filosófico, único legítimo.

             Este mundo sensible se caracteriza por ser: múltiple, mutable porque las cosas cambian, perecen, contradictorio, temporal, contingente, imperfecto. En cambio el mundo inteligible al que el hombre accede por el pensar, es único, inmutable, eterno, sin contradicción ni cambio ni imperfección (Carpio, 2004).

Esta dicotomía de los mundos es explicada por Platón mediante una alegoría. La Alegoría de la caverna. El mundo sensible está representado por una caverna, en la cual unos hombres viven encerrados, creyendo sólo en lo que sus sentidos y pasiones le manifiestan, que son imágenes reflejadas en una pared de la caverna que corresponden a los seres y objetos que están fuera de ella. Tales hombres viven ignorando que el verdadero mundo, cuya realidad las imágenes reflejan, está fuera de la caverna. Y que para llegar, es necesario abandonar la caverna (Platón, Rep., libro VII). Lipovetsky equipara, entonces, El Imperio de lo Efímero, la moda, con la caverna platónica. Dice que desde Platón, lo efímero, la apariencia, la sensibilidad, los sentidos, la imagen son todo lo que obstaculiza el paso hacia lo verdadero. Son los que encadenan el alma hacia lo que no es, hacia la opinión y hacia el ser degradado. Para llegar a la verdad y a una buena vida los hombres tienen que luchar contra las apariencias, el devenir, el encanto de la imagen. Las críticas que recibe la moda desde el mundo intelectual, tiene por supuesto esta filosofía.

Lipovetsky acepta la similitud de la moda con la caverna, de hecho caracteriza a la moda de la misma forma: objeto fútil, fugitivo, contradictorio, inconstante (fiebre de novedades), efímero, superficial, espejo/ imagen, lúdico, mundo del desatino, de la fantasía, del consumismo, de lo relativo.

Pero, asimismo, saca a la moda del ámbito de lo frívolo y de las consideraciones negativas y subraya las siguientes modificaciones positivas al respecto:

·                    El papel de la seducción y de lo efímero en el desarrollo de las subjetividades autónomas.

·                    La frivolidad en el desarrollo de las conciencias criticas, realistas y tolerantes.

·                    El consumismo tranquiliza las masas, convirtiendo las sociedades en más flexibles y tolerantes.

·                    El individualismo que provoca la moda en las personas, construye en ellas un pensamiento más crítico y respetuoso de las diferencias.

·                    Desaparecen las ideas totalitarias y revolucionarias.

 

La moda plena vive llena de paradojas: si bien la inconsciencia de la moda favorece la conciencia, sus locuras el espíritu de tolerancia, su mimetismo el individualismo, su frivolidad el respeto por los derechos del hombre, así también el hombre que vive en la sociedad actual es alguien más informado pero más desestructurado, más adulto, pero más inestable, menos "ideologizado" pero más tributario de la moda, más abierto pero más influenciable, más abierto pero más confuso, menos crítico pero más superficial, frívolo, indiferente.

Según Lipovetsky, las promesas de las sociedades-moda no darán sus frutos inmediatamente, sino que habrá que darle al tiempo la oportunidad de construir sus obras.

Considerando lo planteado, la moda es, para el autor, un elemento del cual se valen las sociedades actuales para progresar. La frivolidad provoca en cada uno de nosotros una conciencia más crítica, más realista y más tolerante a la vez. Nos lleva a ser cada vez más egoístas, pero más tolerantes, más individualistas pero más respetuosos de los derechos del hombre, más considerados con los gustos ajenos, lo que nos permite co-existir en una mayor libertad y armonía; así "desaparecen" las ideas totalitarias y extremistas favoreciendo al desarrollo de las conciencias criticas y realistas. Dice Lipovetsky "(…) la seducción de lo nuevo, con la tolerancia, la movilidad de opiniones, prepara-si sabemos aprovechar- los trofeos del futuro" (Lipovetsky, 1999, 15).

 

Bibliografía

CARPIO, Adolfo (2004): Principios de filosofía. Una introducción a su problemática. Buenos Aires. Clauco.

FLÜGEL, J. C. (2000): "Las fuerzas de la moda", SAPIR, Edward (2000): "La moda: negación de la costumbre", en Los  cuerpos dóciles. Hacia un tratado de la moda. CROCI Paula y VITALE Alejandra, comp. Buenos Aires. La Marca. Pp.51-55.

LIPOVETSKY, Gilles (1990): El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas. Barcelona. Anagrama.

------------------------ (2000): "Una parodia lúdica", en Los  cuerpos dóciles. Hacia un tratado de la moda. CROCI Paula y VITALE Alejandra, comp. Buenos Aires. La Marca. Pp.174-177.

------------------------- (2000): "El placer del valor de uso", en Los  cuerpos dóciles. Hacia un tratado de la moda. CROCI Paula y VITALE Alejandra, comp. Buenos Aires. La Marca. Pp. 66-71.

PLATÓN, República. Eudeba (1988), Buenos Aires.

 

 



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